domingo, 12 de agosto de 2012

Integrantes

Meybel Alvarado
Claudia Baños 
Verónica Henríquez

EL CAPITALISMO 

Es un sistema político, social y económico en el que grandes empresas y unas pocas personas acaudaladas controlan la propiedad, incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la bolsa, bonos). 
Se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada desempeña un papel fundamental. Este es el primero de los principios básicos del capitalismo. Se incluyen también dentro de éstos la libertad de empresa y de elección, el interés propio como motivación dominante, la competencia, la importancia del sistema de precios o de mercado y un reducido papel del gobierno.
Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos deben estar en manos de las empresas y personas particulares.
El capitalismo se basa en una economía en la cual el mercado predomina. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se intercambian los bienes y servicios, permite la asignación de recursos y garantiza la distribución de la renta entre los individuos.

El gobierno en una economía capitalista  está reducido a su mínima participación. Sólo se encarga de:

Ordenamiento jurídico, que garantice ciertas libertades civiles.
El control de la seguridad interna por medio de las fuerzas armadas en conjunto con la policía.
La implantación de políticas indispensables para el funcionamiento de los mercados y el respeto de la propiedad privada. 

De la teoría del valor del trabajo, establece que los trabajadores reciben un salario por su trabajo, para  subsistencia  para mantener constante la población, pero el capitalista les obliga a trabajar más horas de las necesarias para producir tales bienes, de forma que el valor adicional lo acumula el capitalista. Por su naturaleza y también por el temor de perder la competitividad ante otros capitalistas, éstos acumulan la plusvalía en forma de maquinaria y contratan más trabajo. Al aumentar la competencia entre capitalistas, hay una tendencia hacia la concentración mediante la adquisición de las empresas más débiles por las más fuertes y, por tanto, se produce una polarización del sistema en unos pocos capitalistas ricos y una masa de trabajadores empobrecidos.



VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL CAPITALISMO

Ventajas:


  • Lo más positivo del sistema es la increíble capacidad que tiene el capital privado para generar riqueza a través de la producción. Ej. Con la implementación del plan estratégico MAG se han ido generando más riquezas.
  • Se puede acceder a la propiedad privada.
  • Los habitantes de una sociedad demoliberal capitalista pueden ejercer sus derechos individuales así como también los sectoriales. Ej. El derecho a ejercer el sufragio.
  • Sostiene y promueve las libertades individuales. Ej. mantener la libertad política, el derecho al ingreso y salida del país, la libertad de opinión y de prensa, el derecho a huelga, a la herencia, etc.
  • La creatividad individual es premiada y alentada. Permite el ahorro acumulado lo que ayuda a promover la inversión productiva, activa o pasiva.
  • Su extraordinaria capacidad para auto reformarse. Ej. Los proyectos de las auto reformas sindicales en El Salvador.
  • El mercado libre de bienes y servicios regulados, principalmente, según las leyes de la oferta y la demanda, permite el sinceramiento económico y político de la sociedad y el acceso a innumerables objetos y servicios que mejoran la calidad de vida de los habitantes de una nación. Ej. El tratado de libre comercio en los países centroamericanos.


Desventajas:


  • El sistema capitalista no provee las necesidades básicas de una población, entendidas como tales a la salud, educación, alimentación y vivienda, pues el intento intelectual, de encontrar el modo de ofrecerlas se ve frustrado ya que todas esas ventajas sociales pueden lograrse, principalmente, a través de la distribución compulsiva de la producción, por otra parte necesariamente estatal y dirigista. Si no fuera así, cada sector estaría reclamando una distribución en función de sus intereses particulares. La actitud autoritaria y absolutista implícita en la distribución compulsiva choca contra los principios liberales que sostienen al capitalismo.
  •  Permite la explotación laboral y la desocupación pues son medios imprescindibles para que el capitalismo logre y ofrezca todas las ventajas que recibe el hombre en libertades políticas y desarrollo económico sostenido, virtudes propias de este sistema. 
  • Genera una competencia feroz por obtener el dinero. Ej. La ambición y el egoísmo que generaron en los hombres las sociedades capitalistas.El capitalismo no ha mostrado ser un sistema que pueda garantizar los derechos sociales en su plenitud. Ej. En El Salvador no se han logrado satisfacer las necesidades de los excluidos del progreso económico, de los carentes de casa, comida, servicios de salud y vivienda, de los marginales y los desocupados. 
  • El capitalismo internacional financiero ha sido un gran instigador de las guerras y ha mostrado un alto grado de insensibilidad frente a la miseria de los pueblos.
  • La distribución de la riqueza no es equitativa. Ej. Las riquezas que en El Salvador se concentra en pocas manos. .
  • Al disminuir el papel del estado en un sistema capitalista, se resta a las clases menos favorecidas la capacidad de intervenir y participar en la redistribución de la riqueza.
  • Los valores éticos están basados excesivamente en el individualismo. Ej. Se disminuyen los valores humanos y el hombre solidario.
  • Antepone la libertad individual, por encima del resto de los derechos humanos.




LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Y FRENTE AL CAPITALISMO


Pablo VI en su Octogesima Adveniens, donde, tras rechazar el marxismo, sigue diciendo: "Tampoco apoya el cristiano la ideología liberal, que cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación, estimulándola con la búsqueda exclusiva del interés y del poder, y considerando las solidaridades sociales como consecuencias más o menos automáticas de iniciativas individuales y no ya como fin y motivo primario del valor de la organización social”. 
Los valedores del "capitalismo católico", definen el capitalismo como aquel sistema de organización económica basado en la propiedad privada, incluso de los bienes de producción; que utiliza el mecanismo de los precios como el instrumento óptimo para la eficiente asignación de los recursos; y en el que todas las personas, libremente, pueden decidir las actividades que deben emprender, asumiendo el riesgo del fracaso a cambio de la expectativa de poder disfrutar del beneficio si éste se produce. 
Partiendo de tal definición, para demostrar -siempre según ellos- que Juan Pablo II es favorable al capitalismo, echan mano de un párrafo de la encíclica Centesimus Annus (CA), en el que el Papa afirma: " Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de «economía de empresa» «economía de mercado», o simplemente de «economía libre» ". 

Lo que no dicen es que, a continuación, el Santo Padre aclara: " Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa”. Por esta razón, advierte el Vicario de Cristo, " se puede hablar justamente de lucha contra un sistema económico, entendido como método que asegura el predominio absoluto del capital, la posesión de los medios de producción y la tierra, respecto a la libre subjetividad del trabajo del hombre. 
Así, el mismo Juan Pablo II, en la Solicitudo Rei Socialis (SRS), reconoce que actualmente " en Occidente existe, en efecto, un sistema inspirado históricamente en el capitalismo liberal "; y afirma que " se puede hablar hoy día, como en tiempos de la Rerum novarum, de una explotación inhumana "; y que " a pesar de los grandes cambios acaecidos en las sociedades más avanzadas, las carencias humanas del capitalismo, con el consiguiente dominio de las cosas sobre los hombres, están lejos de haber desaparecido; es más, para los pobres, a la falta de bienes materiales se ha añadido la del saber y de conocimientos, que les impide salir del estado de humillante dependencia ". Por todo ello -entre otras razones- " la doctrina social de la Iglesia asume una actitud crítica ante el capitalismo liberal ". Más claro imposible. 
Por otra parte, no hay más que comparar lo que los abanderados del "capitalismo católico" entienden por propiedad privada y mercado libre, con el sentido que la Iglesia atribuye a esas mismas palabras, para darse cuenta de que, si bien coinciden los términos, los significados son diametralmente opuestos. 
En lo referente al mercado es claro el distanciamiento del Magisterio con respecto a las teorías liberales. Según la Centesimus Annus " existen numerosas necesidades humanas que no tienen salida en el mercado. Es un estricto deber de justicia y de verdad impedir que queden sin satisfacer las necesidades humanas fundamentales y que perezcan los hombres oprimidos por ellas ". 
"Es deber del Estado proveer a la defensa y tutela de los bienes colectivos, como son el ambiente natural y el ambiente humano, cuya salvaguardia no puede estar asegurada por los simples mecanismos de mercado”. 


Para la Iglesia Católica " la propiedad de los medios de producción, tanto en el campo industrial como agrícola, es justa y legítima cuando se emplea para un trabajo útil; pero resulta ilegítima cuando no es valorada o sirve para impedir el trabajo de los demás u obtener unas ganancias que no son fruto de la expansión global del trabajo y de la riqueza social, sino más bien de su compresión, de la explotación ilícita, de la especulación y de la ruptura de la solidaridad en el mundo laboral. 

Este tipo de propiedad no tiene ninguna justificación y constituye un abuso ante Dios y los hombres " (CA). Es por ello que el principio cristiano del derecho a la propiedad, como bien explica la Laborem Exercens (LE), " se diferencia del programa del capitalismo, practicado por el liberalismo y por los sistemas políticos que se refieren a él, en el modo de entender el derecho mismo de propiedad. 








DIOS Y EL CAPITALISMO

Reflexiones de un banquero católico

ROMA, sábado, 12 febrero 2005 (ZENIT.org).- Cómo ordenar la economía moderna según los principios morales ha sido el tema de un libro publicado en Italia en noviembre. «Denaro e Paradiso: L’Economia Globale e il Mondo Católico» es un libro entrevista con Ettore Gotti Tedeschi, presidente operativo en Italia de uno de los más grandes bancos europeos, el Banco Santander Central Hispano. 
En el área de la economía, el banquero italiano insiste en que no es más que un instrumento, neutral en sí mismo. El peligro es que quienes toman las decisiones se puedan permitir el cegarse por las tentaciones del deseo de poder o beneficio, olvidando que la economía es un medio a usar para el bien de la humanidad. 
Gotti Tedeschi también explica que el catolicismo tiene una enseñanza importante al respecto, que es que debemos elegir nuestras opciones según una correcta jerarquía de valores, dando significado a cada una de nuestras decisiones. Las verdaderas riquezas son las que duran, es decir, la salvación, mientras que la riqueza terrena es sólo un medio, no un fin. Si recordamos esta lección, resulta posible poseer la riqueza material, sin perder nuestra verdadera humanidad. 

PROPUESTA DE SOLUCION 


El problema no son los fundamentos del capitalismo, sino los objetivos que deben perseguir. De tal forma podemos decir que:

Sin hombres y mujeres que actúen en el mundo político dotados de virtudes; la prudencia, la veracidad, la fortaleza, la templanza, la sabiduría, el sentido de la justicia, la vocación de servicio, nada puede funcionar bien.